Nosotros nacimos chilenos y moriremos como tales; no obstante, nuestros hijos nos deben ver siempre como ejemplos a seguir y a defender. No tanto por nuestros arrojos irracionales, son, por nuestras convicciones seculares asintiendo nuestra realidad y manteniendo la cordura mientras nos revuelven todo lo que tratamos de realizar coherente-mente.
Hoy, estamos claros que la realidad es la que a cada cual le tocó experimentar y los grupos se han asociado por tiempo, espacio e in-formación.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario